Un sorpresa, una auténtica sorpresa se llevaron los chicos de Patrimonio para jóvenes en Santa María de Los Arcos . Y otra vez, otra, constato que la divulgación del arte sigue siendo asignatura pendiente. No lo conocían, ni les sonaba. Ni los navarros de siempre, ni los de adopción. Y eso que Los Arcos es un lugar animado y cosmopolita donde los haya. En pleno Camino de Santiago, las animadas terrazas en la plaza ante la iglesia, son cualquier cosa menos provincianas. Se escuchan todos los idiomas , hay gente de todas las naciones.
Allí nos reunimos en una tarde con tiempo de verano. Buen encuentro porque esta vez llegaba gente nueva. A los habituales y navarros de toda la vida, se unía Renée, estadounidense recién llegada de Washington y Lissy y sus amigas de Perú y la República dominicana. Renée se encargó esta vez de la fotografía.
Para quienes queráis leer con detenimiento sobre Santa María de Los Arcos os recomiendo “El arte del Barroco en Navarra”, de varios autores y editado por el Gobierno de Navarra. Tiene por cierto en portada una foto del interior de esta iglesia. Además y si alguien quiere saber mucho, pero mucho, sobre los retablos hay un pdf en Google, un documento de 43 páginas de Víctor Pastor Abaigar. Apto solo para expertos. Se puede acceder también a otro documento sobre la fábrica de Santa María. La propia parroquia nos presenta una explicación muy útil aquí
Patrimonio para jóvenes no tiene sesiones para especialistas en historia del Arte. Sin embargo se busca despertar el interés y la curiosidad. El planteamiento es (ya lo dije con ocasión del taller sobre Ariadna en la bodega Otazu) que el arte no es una asignatura, es una experiencia. Y quizás es el barroco por todo lo que tiene de espectacular, su esplendor decorativo y la continuidad espacial, un arte que permite como ningún otro, convertir una visita en una experiencia para los sentidos. Nadie suponía antes de entrar lo que nos esperaba. Y es lógico. Un pórtico grande un tanto deslavazado donde llama la atención una preciosa puerta renacentista, no es un preludio equivalente a lo que uno encuentra después. Eso, a pesar de la belleza de la portada.
Y quizás ni tan siquiera al atravesarla porque nos encontramos ante el primer tramo de una escalera magnífica y es al subir, al asomarnos, cuando uno ya no sabe hacia donde mirar. El órgano, la sillería ,la decoración los muros, los retablos… y todavía no se contempla todo, porque hay que volver a bajar y caminar por la nave hacia el presbiterio para contemplar la cúpula.En cuanto a los retablos , nos centramos en observar los ciclos religiosos representados en el retablo central: Una figuración de la Iglesia, un cliclo de la pasión de Cristo y un ciclo mariológico. Todo ello envuelto por la impactante decoración de pinturas. Un espacio perfecto para poder comprender la integración de las artes y para sentirse envuelto por el color…."¡Y todo esto en un pueblo!"decía Renée que todavía ha viajado poco por España y no puede ni sospechar lo que esconden los pueblos…
Precisamente con una explosión de color quise terminar esta visita a Santa María y hubo una rifa de partidas de…. ¿mus…? ¡no!… ¿ de ajedrez, ..? ¡no!… nada mejor que PAINTBALL y la suerte la tuvo Verónica Rojas que se organizará con sus amigas para ir a jugar. Ya nos contarás, Verónica como os va por http://www.paintballnavarra.es/
Tras nuestra visita, de vuelta a Pamplona paramos en Villamayor de Monjardín y dijimos “ Un día nos venimos equipados y subimos hasta el castillo” . ( A ver si es verdad que somos valientes, si lo hacemos, prometo post ) Lissy nos había llevado merienda, y allí la charla fue entrañable, sobre el Barroco en Perú, la experiencia de Lissy y la de Verónica como médicos en las aldeas recónditas de este país, “doctorsitas” les decían allá los niños, y hasta de la dieta mediterránea y la cocina de la República Dominicana y el Perú hablamos. Papa a la Huancaina, Sancocho o puchero y otras recetas…
En fin, una vez mas el arte sirvió de puente de unión entre jóvenes de distintas procedencias, profesiones e intereses. Y Renée y Jonathan hicieron sus pinitos como fotógrafos ya que tenemos a Clara Frago enfrascada en la recta final de su carrera.
Y no quiero terminar el texto en español sin agradecer la atención de Don Javier Resano párroco de Santa María que tan amablemente ha atendido mis llamadas y preguntas en el tiempo en que estuve preparando esta visita.
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