Un pueblo especial y una amistad que perdura
Sobre cómo conocí a Lucie Geffré, los hechos extraños que me llevaron hasta ella ( nunca nadie supo explicarme la razón por la que aquel video llegó a mi mail en un asunto que nada tenía que ver con esto) ya lo conté aquí
Hemos seguido en contacto a través de estos años y ahora estamos otra vez con ella. Olmeda de las Fuentes es un pueblo especial. Parece un trocito de Andalucía llevado a la provincia de Madrid. Sus callecitas, su color blanco, me evocan aquella región. Tiene además la particularidad de haber tenido entre sus vecinos a muchos artistas y lo explica bien la web de su ayuntamiento en este enlace sobre Pintores de la Olmeda
Como no podía ser menos, Lucie también tiene su placa correspondiente explicando quién es. Podéis además visitar su web . Está también muy activa en Instagram , @luciegeffre_
Desde que la visité en su taller y paseamos juntas por Olmeda tuve la ilusión de volver algún día organizando una visita con Patrimonio para jóvenes. Pero a finales del año 17 e incluso durante el 18 sabía que la asociación todavía tenía que madurar . Era necesario que pasara el tiempo y que se nos conociera en distintas ciudades, por supuesto en Madrid y que tuviéramos gente allí para poder hacer esto. Y el tiempo ha pasado. Y pude contar con la ayuda de Clara Frago para organizar esta escapada a Olmeda de las Fuentes.
Jóvenes profesionales y con interés por conocer de primera mano a una artista y disfrutar del ambiente de su taller. Entre otros y además de Clara Frago estaba nuestra amiga Andrea Abril a quien conocimos en B The travel Brand, y el diseñador Tasio Ranz. Las fotos de esta entrada son de José Luis M Arce
En el taller de la artista
Entrar en el taller de un artista es como visitar un rincón del alma del artista en cuestión. Siempre me lo pareció. Todo rezuma creación y trabajo. A veces hasta me parece que flotan las ideas en el aire , hay algo especial que no se vive en una oficina por bonita que sea. Pintores, escultores, escritores, diseñadores nos dejan acercarnos a su manera de trabajar, de sentir la vida y verla cuando nos reciben allí donde plasman su obra.
Todo ello crea un ambiente en el que se facilita el diálogo, el encuentro, el pensamiento y por tanto se genera una retroalimentación creativa.
De la obra de Lucie, siempre he preferido los retratos y ella sabe bien que me fascinan. Esta visita primaveral a La Olmeda seguro que abre puertas a nuevas ideas, no solo volveremos a encontarnos sino que también organizaremos eventos de esos nuestros, tan llenos de cariño, de entusiasmo, de encuentros entre personas, de alegría ante la belleza que siempre es posible. Hasta en los momentos difíciles, o precisamente por ellos, siempre es posible y necesaria.
Hasta pronto querida Lucie, hasta pronto Olmeda de la Fuentes.