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Javier Garisoain

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Preservar lo vivido. Archivos familiares

           En busca de un archivo

 Preservar lo vivido, o lo que quiere ser recordado , en cualquier caso, guardar, archivar, conservar.

Esta entrada que escribo tiene su origen en 2018. Es , por decirlo así, tarea pendiente del año pasado.

Una mañana de Enero. Una lista hecha a mano para hacer una pregunta. Los nombres y las entidades, según me vienen a la mente, o según se me ocurren, que viene a ser lo mismo. Javier Garisoain está en quinto lugar de una lista de 17 .

Ninguno de los anteriores contesta al teléfono. Alguien con un mensaje, “ te llamo mas tarde”. Javier me responde y entonces le expongo la cuestión .

Estábamos buscando un archivo para poder empezar a trabajar en él. Teníamos las circunstancias propicias y a la persona idónea para dicha tarea: Marta Castaño.

           Una entrevista en Urroz Villa

Qué casualidad. Hacía muy poco que había fallecido el padre de Javier,  Miguel Garisoain Fernández. Javier había recogido un montón de cajas con “ cosas” guardadas por el difunto. Cuenta que mientras las almacenaba, pensaba qué sería de todo ese material. A saber cuándo iba a tener tiempo para sentarse, empezar a abrir todo aquello y saber qué había. Marta Castaño llegaba como un ángel, como un hada, como una maravillosa oportunidad.

Marta y Javier se entrevistaron. Javier le contó sobre su padre, Marta explicó sobre el tiempo del que disponía, sobre lo que se sentía capaz de hacer y sobre lo que pensaba que no iba a llegar. Y así comenzó la aventura de Urroz Villa en la casa del Librero de Urroz.

Por mi parte, y en nombre de la asociación, le dije a Javier que ese trabajo tenía que hacerse público y por tanto dar a conocer la existencia de ese archivo, también. Y accedió . Y aquí estamos.

          Y Marta no perdió los papeles

Por si alguien es nuevo por este blog, recuerdo algunas de los trabajos mas interesantes de Marta en Patrimonio para jóvenes. Junto a Álvaro de Goñi Cambra, investigó sobre un asunto curioso de una campana en Arellano. La historia aquí

Marta nos explicó el proceso de su trabajo. Para hacer mas dinámico el encuentro hizo preguntas

−¿ Qué haríais ante un archivo sin abrir? −A lo que empezaron las respuestas :

Agobiarme, empezar por abrir cajas y ver qué hay para luego pensar cómo ordenar…

Y Marta –no −lo primero hablar con las personas. Con quien te da acceso a ese archivo, y que te cuente su relación con esa persona , con la historia que vas a manejar en directo.

Crear vínculos, conocer a la gente . Saber qué tienes entre manos.

Después expuso los criterios que había seguido para poner orden y lo hizo ante los archivadores que ella misma había organizado. La política, los asuntos familiares, el colegio de farmacéuticos, asuntos sobre una empresa de colchones … eran algunos de los temas diferenciados y clasificados por Marta.

El panorama y la diferencia entre lo que se encontró y cómo ha quedado al final, queda claro. Ved la foto que abre esta entrada y el aspecto de las mismas estanterías antes

Eso sí, Marta no perdió los papeles, ni la sonrisa,  nunca . Aquí está en plena faena durante el pasado invierno.

Ha dejado además una memoria con los criterios que ha seguido.

A propósito de esto, recalcó lo importante que es , si organizamos una archivo familiar o el nuestro propio, dejar bien claro el criterio de orden y los asuntos correspondientes. Todo para facilitar su manejo cuando faltemos para dar explicaciones.

       Redes sociales: Lo que dejamos contado

También hablamos de la huella digital. Qué dejamos contado, si es exactamente lo que queremos contar, y el problema de no contar nada en papel, no tener material para ordenar , preservar y dejar a quienes nos sucedan. O el problema de contar mucho pero no contar nada relevante…

Todo quedó apuntado, con sugerencias para otras sesiones

        Una invitada de lujo

Ana Hueso Pérez , técnico superior de archivos y archivera en el ayuntamiento de Pamplona con mucha solera. Ella respondió a cuestiones legales y temas muy prácticos.

Gracias Ana por venir.

         Paseo y aperitivo

Siempre, siempre, siempre, prometo que no va caer una chapa mortal, algo que de entrada temen los chavales. Así que en una horita dejamos una pincelada dada sobre asuntos de mucho peso, y nos fuimos a disfrutar del buen día. Y como no, a disfrutar de los espacios, a vivir y experimentar el patrimonio , que es lo nuestro.

Gracias Javier y María José por recibirnos en vuestra casa con tanto cariño y por esas tortillas de patata y empanadas tan requetebuenas de las que disfrutamos en un día precioso. Por cierto, asunto al que se apuntaron raudos todos los niños que andaban por allí.