ALGUNAS CONSIDERACIONES PREVIAS
En el verano del 2021 y de común acuerdo entre la dirección de Patrimonio para jóvenes, echamos a andar el programa de becas “Monasterios; pasado, presente y futuro”. ¿en qué consiste ese programa? Cada año, uno de nuestros asociados/a con una formación académica distinta, recorre una serie de monasterios. Vive en las hospederías que regentan las comunidades, participa en algunas horas litúrgicas y en la Eucaristía, pasea y recorre la zona, el paisaje circundante etc.
Luego recorre otros edificios que fueron monasterios y ve los nuevos usos; hoteles, centros culturales, colegios, residencias de ancianos, ruinas… , ruinas en proceso de recuperación etc.
¿Qué pretendemos con esto?
Que los jóvenes sepan de la existencia de estos lugares. Si, saber de su existencia lo primero. Nos encontramos con varios, de distintas universidades y procedentes de distintos colegios, públicos y privados, que no conocían la existencia de lugares como la Cartuja de Miraflores. Por poner un ejemplo.
A menudo se les echa la culpa o hay quejas sobre todo lo que no saben. Exactamente ¿qué y cómo se les enseña? Todo esto daría para otra entrada. 12 años de andadura de Patrimonio para jóvenes da para mucho. Estudiantes de Historia y Gestión de Patrimonio desconocen el concepto de Paisaje Cultural y desconocen este ejemplo de El Paular en la Sierra de Guadarrama
Después de saber de la existencia, se les anima a entender las vidas de las comunidades, su razón de ser, carisma, perculiaridades, la construcción en función del uso, las circunstancias, los cambios… y como nuestra primera becada dijo, “los monasterios son las ave fénix de piedra”. Estados de esplendor, ruina y recuperación se han visto una y otra vez a lo largo de los siglos. Tratamos también de ayudarles a vivir una experiencia y hacerse una pregunta ; ¿ Cual era mi idea preconcebida sobre las comunidades de vida contemplativa y qué gente he encontrado?
Se pide también que hagan un análisis de webs, de comunicación, de comparación del estado de las hospederías y en fin todo lo que quieran considerar. Hasta ahora, han participado dos chicas. Lucía Ruiz Ullate estudiante de Arquitectura en la Universidad de Navarra, y Ana Zabalegui estudiante de Historia y Gestión de Patrimonio en la Universidad Pública de Navarra.
Ahora mismo es José Luis M Arce de Madrid, graduado en audiovisuales por la Universidad Francisco de Vitoria, quien hace su recorrido. A principios de año él mismo publicó en este blog su artículo y fotografía resultante de su estancia en el Monasterio de Los Caídos y es el autor de todas las fotos menos de los dos carteles que aparecen al inicio. Tampoco son suyas estas en las que aparecen Lucía y Ana.
Entre Lucía y Ana recorrieron Oseira, Tulebras, Arizkun, Castil de Lences, San Pedro de Cardeña, Las Huelgas, Veruela, Santa María de Rioseco, Irache, La Cartuja de Miraflores y el Monasterio de La Oliva.
Un viaje en imágenes
En septiembre, será José Luis quien tenga que contarnos la experiencia de su viaje. Un viaje conjunto de muchos, que como cada año y desde Patrimonio para jóvenes, pretendemos que sea una vivencia pausada, abierta a los interrogantes, a plantearnos por qué desconocemos la riqueza paisajística, cultural, el patrimonio material e inmaterial que tan a mano tenemos y que es parte de nuestra identidad.
José Luis está conociendo a monjes, no en abstracto, personas con nombre y apellido que un día tomaron la decisión de la vida contemplativa, personas con una biografía, una filiación, un lugar de residencia, unas aficiones y aspiraciones que un día cambiaron.
Conoce también espacios que hay que cuidar, de distinta titularidad (mucha gente se cree que son propiedades de las comunidades y en muchos casos no es así), hay que restaurar, difundir, y darles viabilidad.
Pararse a fotografiar algunos elementos como los que se ven en este artículo, supone pararse a mirar, a intentar entender, a contemplar y en definitiva a pensar.
Otras realidades.
Cuando se han conocido los monasterios en pleno uso y función, se accede a edificios que lo fueron y tienen otros usos con otra mirada. Con la de la experiencia personal, no con clichés y estereotipos. No con afirmaciones tajantes y facilonas.
Entonces, con mirada crítica, los jóvenes que viven estas experiencias pueden valorar, debatir y proponer sobre los modelos en los nuevos usos de antiguos monasterios. Y disfrutar del remanso de paz de los que siguen teniendo su uso y función, de los que siguen existiendo con su razón de ser primordial; la vida contemplativa, que no es para nada una vida pánfila. Que se lo pregunten a José Luis. Damos las gracias a toda la comunidad de Santa María de El Paular por la disponibilidad y el cariño con que nos han atendido en todo momento.