Audacia
La audacia como atrevimiento sano. Ser intrépidos sin ser imprudentes. ¡Qué necesidad tenemos de serlo y de encontrar personas que lo sean! A menudo nuestro mayor límite son nuestros miedos personales. En los años que llevo al frente de Patrimonio para jóvenes, he encontrado gente buena, mucha. Pero que pocas veces he encontrado gente valiente, atrevida, personas dispuestas a hacer algo contracorriente. A acudir a un lugar » sin mis amigos» , sin mi grupo que me proteja de lo desconocido. Quien se atreve y asume el riesgo obtiene también la recompensa. José Luis se atrevió a asumir el reto del trabajo sobre los monasterios y ya ahora, todavía a mitad del proyecto, ya es mucho lo que recibe a cambio. Abro esta entrada con una foto de su maleta en su habitación. Un símbolo de emprender un viaje. Y he querido que el título de la entrada fuera parte del Salmo 26 , «El Señor es mi luz y mi salvación ¿a quién temeré? » Un canto al atrevimiento.
Una habitación, como siempre sencilla en un entorno que parece un pedazo de cielo en la tierra. Y silencio. Ese silencio que es tan necesario, que nos enfrenta a nosotros mismos y del que huímos. ¿Qué se encontró José Luis en el Monasterio de Leyre?
Una comunidad viva
Tres veces, tres. No una sino tres veces ha estado José Luis en comunidades benedictinas. Su primera toma de contacto fue a finales del pasado año en Los Caídos. Siguió El Paular
Dos veces en la provincia de Madrid , la llegada a Leyre ha sido su primera toma de contacto con Navarra, no conocía la Comunidad Foral. Pero si era nuevo por tierras navarras, ya no lo era en una hospedería. Había vivido más veces el silencio, las horas litúrgicas, y la conversación serena y amable con los monjes. Puede que precisamente por ser esta la tercera vez, ya estaba como pez en el agua. Acompañaron también el tiempo y la luz que le dieron juego a magníficas fotos . Una vez más conoció a gente de su edad.
Lo pasó especialmente bien porque según me dijo, la comunidad iba viendo sus fotos a medida que las hacía. También charlaron en el monasterio sobre nuestro proyecto dentro de Patrimonio para jóvenes en torno a los monasterios.
Un entorno de película
Una de las condiciones que ponemos en nuestros proyectos es lo que se dice, » cocinar a fuego lento». Hacer los viajes de forma pausada, sin aglomeraciones de gente, en tiempos en los que el turismo no desfigura el entorno. Un ejemplo reciente de esto fue el trabajo el pasado año en la tierra de pinares soriana con el documental Ab Aquis. Si alguien quiere verlo, aquí está el evento de su presentación en Madrid .
Es verdad que un monasterio no es un hotel, pero el silencio también en el exterior, ayuda. Y los tiempos, siendo siempre los mismos, son distintos. Y un trabajo de fotografía se hace de otra manera.
Precisamente eso es lo que buscamos en la asociación. Que nuestros participantes puedan relacionarse con lo que visitan de una manera sustancial, vital, serena. Que les interpele y recuerden la experiencia para siempre.
Este itinerario de José Luis concluirá en septiembre con una exposición sobre su experiencia y queremos también hacer una exposición de sus fotografías ya en el año 24.
Naturaleza, arte y leyenda
Por todo lo comentado arriba, los paseos de José Luis por el exterior también fueron especiales. Todo suyo. El Románico, el camino de la leyenda del monje Virila y el paisaje.
Lo intrépido del proyecto, la audacia de José Luis tienen premio. Lo tendrán a largo plazo, pero ya ahora, ha disfrutado y nos está haciendo disfrutar a todos de lo grande, de lo pequeño, de lo anecdótico y de lo trascendente. Una experiencia para recordar de por vida. Y ojalá que abra muchas puertas y muchos caminos. De momento, tenemos la suerte de trabajar en este proyecto mientras se anuncia el estreno del documental Libres, precisamente sobre la vida monástica y donde José Luis va a ver a muchos monjes a los que ya conoce en persona. ¿ Suerte? puede, pero sobre todo, es una recompensa por intrépido.