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Por el Burgo de San Cernin

 

                           Un paseo especial

 

             Pasear por el Casco viejo de Pamplona puede hacerse en un día. En una mañana, en una hora. Todo depende del tiempo del que se disponga, o del interés de cada uno. Es muy posible que quien descubre la ciudad y camina calle Curia arriba, al llegar al Caballo Blanco, se quede un rato largo, muy largo sobre todo si hace buen tiempo . Disfrutar de las vistas y del Mesón apetece a todos, a pamploneses y forasteros . Puedes consultar la web del mesón aquí .

Puede decirse que los burgos de Pamplona/Iruña bien merecen una visita atenta. Para saber mas sobre este tema haz click aquí y mira, hasta hay un bar que se llama los burgos de Iruña.

Nosotros le dedicamos una mañana al Burgo de San Cernin . Y lo hicimos de una forma especial, empezando por las alturas.

                   Una azotea en la calle Ansoleaga

Una amiga me había comentado que las vistas desde su azotea eran preciosas. Y no lo dudé. Le pedí que me dejara acceder con los chavales y que vieran San Saturnino desde una perspectiva poco habitual. Desde allí imponía San Cernin, como también se conoce a esta iglesia.

Contemplar cara a cara los tejados del edificio de la actual biblioteca de la plaza de San Francisco fue otro regalo de esa mañana. Lo que fuera en su día el edificio de “ La agrícola” a iniciativa de la Sociedad de Banca y Seguros del mismo nombre. Después el Grand Hotel, con un corto recorrido.

Un edificio imponente, con historia, una biblioteca pública de la que hoy entramos y salimos posiblemente sin preguntarnos sobre el origen del inmueble. (Sobre los detalles de «Grand Hotel» y su relación con otro establecimiento hotelero de importancia en Pamplona, el Gran Hotel La Perla , esta es una lectura entretenida y curiosa)

Ver el precioso patio de la Cámara de Comptos desde las alturas también fue una delicia. Un lugar privilegiado para fijarnos en este lugar y repasar, brevemente, la historia del edificio.

                    Un libro de Fermín Erbiti

       La Cámara de Comptos. Historias de la casa más antigua de Pamplona y su entorno” es un magnífico libro. Con 163 páginas y muchísimas fotografías, relata de un modo ameno la interesante trayectoria del edificio de la Cámara de Comptos, la institución como tal y muchas anécdotas de todo el entorno. Ese libro me sirvió de guía para hacer esta visita. Recomiendo a todos esta lectura . Los múltiples y variados usos del edificio civil mas antiguo de Pamplona, un palacio que existía y ya no está en cuyo lugar vemos hoy las traseras del Hotel Mainsonave… la historia de un chacolí, la sede del orfeón pamplonés… y muchas mas curiosidades pueden leerse en esta obra entretenida y bien documentada de Erbiti.Y otra cosita… en los días laborables es posible visitar la Cámara de Comptos por dentro , al menos hasta hace poco había visitas guiadas si se solicitaban.

                     La iglesia de San Cernin

O de San Saturnino. Que con los dos nombres se la conoce en Pamplona. La visita fue también muy peculiar. Sobre todo consistió en comparar la iglesia gótica con la capilla barroca ¿ Qué observas? ¿Notas diferencias entre un espacio y otro?  ¿Cuales? ¿ Alguno te invita mas al recogimiento que otro? ¿ Qué te sugiere cada uno? Una manera de acercarnos al Gótico y al Barroco desde una experiencia y una observación personal. En general, todos preferían el gótico.

             Una oportunidad para la fotografía

           Fue el gran día para Borja Centenera. Pudo aprovechar para meterse por esos recovecos solo aptos para fotógrafos. Y las imágenes que captó son preciosas. Otra experiencia para experimentar en la fotografía, para asombrarse explorando espacios.

                   Terminar en la portada

               Tras visitar la iglesia, aprovechamos el final de la visita, con menos gente en la calle para ver con detenimiento la portada. Y todos se fijaron en algo en lo que no habían reparado otras veces : en los restos de policromía. ¿ Cómo tuvo que ser el color en tantos y tantos templos medievales?

Terminamos la mañana reponiendo fuerzas con unos pinchos. Contentos y desde luego sorprendidos de todo lo que una ciudad nos cuenta sobre si misma. Y nos lo cuenta con una condición: que estemos dispuestos a escuchar a observar y a pasear despacio por sus calles sin dar por hecho que ya lo sabemos todo.

Siempre puede haber sorpresas. Siempre. Os invito a pasear despacio por Pamplona y por todas y cada una de las ciudades en las que vivís y desde donde me leéis. Feliz día.