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Una aventura en la Abadía Cisterciense de La Oliva

Para comprender, conocer y vivir 

Desde que en el verano del 2021 echamos a andar en Patrimonio para jóvenes  el programa «Monasterios pasado presente y futuro», se han repetido machaconamente las mismas ideas. No es posible mantener el patrimonio cultural sin conocerlo. Da lo mismo que pueda haber grandes inversiones en una reforma, si luego a esa reforma no se le da vida. Si las nuevas generaciones desconocen lo reformado. O si no lo entienden. De la misma manera, no tendremos garantías sobre las intervenciones futuras en monasterios, si quienes tendrán que hacerlo, no conocen su esencia, no la han vivido.

En esta línea, se le proponía a Irene Pascual, responsable de eventos en Castilla Termal Monasterio de Valbuena que el personal de este lugar conociera de verdad un monasterio. Aquí se puede ver el momento de esa propuesta

Mientras, seguimos proponiendo cada año que jóvenes con distintos perfiles profesionales, recorran monasterios que lo son, y monasterios que lo fueron y son hoy otra cosa, y nos cuenten luego su experiencia. El útimo ejemplo de esto fue la presentación en Leyre este mes de junio que ahora termina y que ayer mismo publiqué. Además, cada año tenemos nuestra semana de voluntariado. En el 23 estuvimos en San Pedro de Cardeña. 

Ahora en el 2024 le ha tocado el turno al Monasterio de La Oliva  Y aquí va el relato.

    Un voluntariado de cine, y de altura 

Pablo Beorlegui durante el rodaje en La Oliva

Han sido unos días doblemente divertidos e intensos. A la vez que nuestro equipo conocía por dentro la vida de un monasterio, el trabajo diario, las ocupaciones de los monjes, el «ora et labora» en esencia , Pablo Beorlegui y Miguel Arguibide seguían en el rodaje del trabajo audiovisual que presentarán el próximo otoño. Y seguro que presentarán algo de nivel, de altura, y sino, pasen y vean 🙂

Pablo y Miguel en un momento del rodaje

De las fotos con las que ilustro esta entrada se ocupó José Luis Martínez Arce    

En el campanario de La Oliva

Experiencias vitales y únicas que marcan y se recuerdan para siempre

«Vivir y sentir el patrimonio» ha sido nuestro lema, nuestra manera de concebir la educación patrimonial. Luego este lema gustó por tierras del sur  y crearon un proyecto con él. Les deseamos mucho éxito. Todo suma.

Si por algo recela la chavalería  de la cultura o de las «salidas culturales» es por el cliché de evento con profesor/a dando una lección magistral. Por eso nos empeñamos en que sean ellos mismos los protagonistas. Ellos y ellas aunque este año y ya lo he comentado en otras entradas, han sido los chicos quienes han cogido las riendas. El voluntariado el año pasado fue mixto y así se propuso esta vez, pero no hubo respuesta por parte de las chicas.

Los volutnarios en la puerta de la iglesia con el P. Abad

Vivir de primera mano lo que supone el mantenimiento de un monasterio, sus huertas, las limpiezas, atención de la hospedería, de los monjes mayores, etc, etc, hace comprender su valor y el mérito de quienes hacen posible que estos lugares se conserven con dignidad y merezcan la pena ser visitados.

Limpiando las placas solares

Aquí se ve a Iñigo y a Miguel limpiando las placas solares. Esto se hizo precisamente a propósito de una observación que hizo Iñigo, ingeniero de profesión y ahora mismo cursando un máster. Explicó que si las placas estaban bien limpias, su eficiencia energética sería mayor. Dicho y hecho. En la siguiente foto, podéis conocer a Iñigo Medrano

Y se trata de experimentar no solo el trabajo sino también ( y para quien quiera) los ratos de oración al amanecer o a la caída de la tarde, el descanso en el silencio y hasta una divertida tertulia o partida de cartas. Que de todo hubo y eso es estupendo.

Tertulia y café

En todo momento el ambiente fue distendido. Esto no les cogía de sorpresa a quienes ya repetían la experiencia, Pablo Miguel y José Luis. Pero todos reconocen que a priori, la idea de un monje es la de una persona aburrida. Nada mas lejos de la realidad. Además a todos les ha llamado la atención la extraordinaria vitalidad de los ancianos.

En una semana no faltó de nada. Rodaje, trabajo, e incluso visita guiada y encuentro con el arquitecto José Luis Franchez Apecechea, quien se ha encargado de la dirección de las recientes reformas en el monasterio.

Visita con José Luis Franchez.

Un punto y seguido. No un punto final 

Esta semana de voluntariado es la culminación por este curso del recorrido por monasterios de España y por lugares que lo fueron y ya no lo son.

En el documental en el que ahora ya trabajan en edición Pablo y Miguel, no pueden salir todos los testimonios recogidos de forma completa, sería imposible. Por ello y para quien le interese, podéis encontrar en nuetro canal de Youtube muchas de sus conversaciones.

 Han visitado, además del caso de los monasterios, antiguas iglesias que hoy no lo son y tienen otro uso como por ejemplo el Espacio Torner en Cuenca   

 También en Cuenca, la biblioteca de La Merced, antigua iglesia con ese nombre. En esta biblioteca , unida al Seminario Conciliar, tuvieron una entrevista con el rector y es uno de los testimonios que están en nuestro canal. 

En la biblioteca de La Merced en Cuenca

Para recordar también su paso por el Espacio Santa Clara en Soria

En el Espacio Santa Clara en Soria con alumnas del IES Machado

O por el  antiguo monasterio de San Juan en Burgos.

Pablo Ramos Aguado con Pablo Beorlegui y Miguel Arguibide en el antiguo monasterio de San Juan de Burgos

Agradecer también a Sergio Viciosa Soto que se ha incorporado este año y ha querido probar la experiencia de Patrimonio para jóvenes. Se integró rápidamente con los navarricos. No podemos olvidar a Javier Asenjo que vino a echar una mano y encargarse de organizar un poco el grupo.

Javier Asenjo

En la siguiente foto podéis ver lo bien que se lo está pasando Sergio

En la cocina del monasterio de La Oliva

Todos han trabajado mucho y cada cual ha aportado su creatividad y su valía personal. Eso hace que patrimonio para jóvenes sea un proyecto brillante. Es la suma de las altas capacidades de mucha gente entusiasta, de personas que se atreven a hacer algo distinto del resto, que asumen retos.

Limpiando los bancos de la iglesia

En el jardín de La Oliva

En un almacén

Queda dar las gracias a las comunidades del Císter que han confiado en nuestra asociación y nos han abierto las puertas de su casa. Con cuanto cariño vamos a recordar estos días siempre. Por eso en nuestra memoria anual tienen mucha presencia estas fotos de los días de voluntariado. En vairas entradas he puesto esta foto de la entrega de la memoria del año 23 en San Pedro de Cardeña. Un ejemplo de lo dicho. Gracias a todos y hasta el próximo otoño

P. Abad de Cardeña con la memoria de Patrimonio para jóvenes

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